Esta es una pregunta muy interesante, porque aunque la respuesta que te daríamos cualquiera de estos dos profesionales probablemente sería muy evidente, a menudo el que se la plantea no es capaz de ver con claridad la situación y de decidir por sí mismo/a, con frecuencia porque su propio estado interior le nubla un poco la visión y su confusión le influye a la hora de tomar una determinación.
Sin embargo, como te decía, desde un punto de vista profesional, la elección resulta clara. Trataré de exponértelo para que lo entiendas fácilmente.
Si lo que te ocurre es que no te encuentras bien y estás ansioso/a, nervioso/a, triste… Si te obsesiona algo, tienes el sueño alterado o hay alguna cosa que te dificulte o impida que lleves a cabo tu vida con normalidad, entonces necesitas un/a psicólogo/a. Evidentemente, hay muchas otras causas —y mucho más graves— por las que podrías necesitar visitar a un/a psicólogo/a, pero te nombro aquellas en las que quizá dudarías hacerlo porque a lo mejor no te parecen tan determinantes. Sin embargo, a mi juicio, está claro que en esos casos necesitas un psicólogo/a, porque lo que te hace falta es una terapia (quizá combinada con algún medicamento, según los casos) que te ayude a afrontar el trastorno que estás sufriendo y que te dificulta la vida.
El coaching, por el contrario, no es una terapia, sino un conjunto de técnicas mediante las cuales y con la ayuda de un/a coach tú te planteas unos objetivos y luchas por conseguirlos. Es evidente que para que un proceso de coaching ofrezca resultados tangibles al/ a la coachee (o cliente/a), este/a tiene que estar bien o, cuando menos, lo suficientemente bien como para poder centrarse en ellos y en su consecución. Por esa razón, en esos casos deberías tratar antes tus problemas psicológicos y después, una vez que te encuentres con ánimo y fuerzas, afrontar un proceso de coaching que te ayude a conseguir esos objetivos que tanto deseas.
Pero también es cierto que a veces ese malestar no solo es leve, sino que la causa que lo produce es tu propia frustración al sentirte encerrado/a en una situación que te asfixia. En esos casos, quizá la cosa cambie un poco. Porque aunque insisto en que el coaching no es una terapia y no puede ser considerado en ningún caso como tal, lo cierto es que a menudo puede ejercer una acción terapéutica, sobre todo en aquellos casos en los que la persona es consciente de que su malestar viene dado por la situación y que aquel cesaría si esta cambiara. Lograr objetivos es muy motivador y en ese sentido no hay nada mejor que el coaching para lograrlo, solo hay que estar con un mínimo equilibrio físico y emocional.
En fin, que si tienes dudas, escríbeme y me comprometo a sacarte de ellas. Y no «barreré para casa», te lo aseguro. Si creo que necesitas un/a psicólogo/a te lo diré y si veo que estás en condiciones de iniciar un proceso de coaching… bueno, tú mismo/a te darás cuenta.