Pues mira, la verdad es que no sé qué decirte. Sí, reconozco que la respuesta es un poco rara, pero no puedo darte otra. Lo único que se me ocurre es contarte qué es lo que hice yo en su momento. No sé si te orientará mucho, pero a mí en su momento me sirvió, y a día de hoy me comportaría igual si tuviera que elegir un/a coach (o volverlo/a a utilizar, porque un coach no deja nunca de recibir coaching).
Doy por supuesto que el/la coach que elijas es competente y conoce su profesión. Obviamente hay que partir de esa base, porque si no estaríamos hablando de otra cosa, la que sea, pero no de coaching. Si el/la presunto/a coach no tiene formación en las técnicas y prácticas de esta disciplina o no las aplica con seriedad y competencia, eso no es un/a coach. Pero seamos optimistas y pensemos que eso no te va a ocurrir (y no tiene por qué ocurrirte).
Aparte de cumplir con esta condición básica, considero que un/a coach debe ser una persona con suficiente experiencia laboral y de vida. No digo con eso que tenga que ser alguien muy mayor, pero si es demasiado joven yo dudaría de que tuviera la experiencia suficiente para ayudarme. Es lo que ocurre con los entrenadores deportivos: no son ancianos, pero siempre son mayores que los jugadores a los que entrenan y, por lo general, casi siempre han sido antes también jugadores.
Por último, en mi caso, es decir, por ser hombre, he escogido coaches mujeres. ¿Por qué? Pues porque me interesaba buscar otro punto de vista distinto del masculino. Y es que aunque el coaching no tenga género y no se pueda decir que existe un coaching masculino y otro femenino, el estilo y la manera de hacer de hombres y mujeres es completamente distinto. A mí, como hombre, creo que me ha aportado más el coaching que he realizado con mujeres que si lo hubiera llevado a cabo con alguien de mi sexo.
Por esa misma razón, aunque también hago coaching con hombres, trabajo mayoritariamente con mujeres. Porque sé que te puedo ayudar a ver las cosas desde «el otro lado de la trinchera». Es evidente que los hombres tenemos unas formas de pensar y de comportarnos diferentes a las de las mujeres, pero lo queramos o no hay muchos ámbitos sociales que se rigen por reglas masculinas y es importante conocerlas para manejarse bien es ellos. Aunque sea con la intención de cambiar esas reglas.
De modo que lo que yo aprendí con mis coaches mujeres y lo que a ti te ofrezco como coach varón es no solo que desarrolles tus competencias sino que lo hagas con ese «conocimiento del enemigo» (es una manera de hablar 😉 ) que como hombre te puedo proporcionar y que te ayudará a moverte mejor en un mundo que, cada vez menos, pero todavía dominamos los varones.
*La foto que ilustra esta entrada es una broma. Es una imagen que, entre otras, publicó el periódico digital «El Español» para transformar el aspecto de unos cuantos personajes masculinos en imágenes femeninas. Desde mi punto de vista, Bustamante no salió muy mal parado, creo yo.