En esta vida hay pocas cosas inmutables. Ya decía Buda que lo único permanente en esta vida es la impermanencia. Y es que todo cambia, constantemente.
El coaching no es otra cosa que eso: una invitación al cambio. Pero quizá te preguntes: ¿es que uno tiene que cambiar necesariamente o qué? Oh, no, para nada, nadie tiene por qué cambiar y mucho menos porque otro se lo diga. ¿Y entonces? Pues es mucho más sencillo: se cambia porque uno desea, quiere, necesita cambiar. Y cuando esto ocurre no suele hacer falta pensarlo mucho, porque no solo tu mente sino también tu propio cuerpo te lo acabarán diciendo. Si estás aburrido, desmotivado, harto y te encuentras fatal contigo mismo, es posible que hasta tu propia salud se resienta, porque muchas veces eso es un mecanismo de defensa con el que tu mente trata de luchar contra la terquedad de instalarte en una rutina que te impide el crecimiento y te va matando lentamente. Te aseguro que si llegas a ese punto querrás cambiar. Pero, claro, no es necesario ir tan lejos, siempre es mucho mejor hacer bien las cosas desde el principio y corregir aquello que no marcha para que todo lo demás funcione adecuadamente.
En ese caso, ¿qué te conviene cambiar? También la respuesta a esta pregunta es fácil: aquello que te molesta, lo que hace que tu vida sea difícil, incómoda, gris. Aquello que sencillamente no te gusta. Y, por supuesto, sustituirlo por aquello que sabes que sí. ¿Qué necesitas para ello? Pues tener un objetivo y, sobre todo creer en ti mismo/a y en tu capacidad para lograrlo. Se trata de que sientas que estás viviendo la vida que quieres vivir, no la que otros inventaron para ti o la que tú te «regalaste» en un mal día hace tiempo por falta de amor hacia ti mismo.
El título del post no es broma, piénsalo bien: te mereces vivir mejor. O, dicho de otro modo, te mereces vivir tu vida, no un simulacro de vida. Si lo haces, encontrarás tu propósito y si lo encuentras, lo más probable es que seas feliz. Esto último no te puedo prometer que lo consigas, pero sí puedo asegurarte que el único camino posible a la felicidad pasa por ahí, por ser tú mismo, por disfrutar de hacer aquello que te gusta y que mejor sabes hacer, por sentir que tu vida tiene sentido.
Yo estoy aquí para ayudarte en este proceso, para «sacarte de tu agujero» y acompañarte a conseguir tus metas y, si la hubieras perdido, a recuperar la ilusión por conseguirlas.